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ASOCIACIÓN DE LISIADOS DE GUERRA DE EL SALVADOR
"HÉROES DE NOVIEMBRE DE 1989"

Contando la Historia... Israel Quintanilla

Publicado en Martes, 09 Octubre 2007 10:34

 “Me pasó como cuando mi papá se juntó con mi mamá, dijo que sólo era  para un rato y tuvieron 12 cipotes”.

Israel Quintanilla -más conocido como Chiquillada en la guerra, ahora como Chiqui- presidente de ALGES,  nos abre la puerta a  sus recuerdos: “Vengo de una familia grande de 12 hermanos, yo soy el penúltimo, por poco soy el seca leche”, dice entre risas. “Nos criamos  en el campo, en San Vicente, aunque nací en Jiquilisco, Usulután. Mi hermano tenía vacas, bueyes y me tocaba lidiar con animales. Era bien miedoso para andar arriando las reses…”

Entre silencio y silencio y la mirada perdida en el pasado, continúa su relato: “De chiquito me gustaba el fútbol, pasaba muchas horas en la cancha… Yo fui a la escuela ya grande porque no podía hablar bien. Estudié hasta tercer grado, no me gustó mucho el estudio, me agradaban más las actividades prácticas… cuando tenía 15 años murió mi papá. Tuvimos una educación muy estricta. Fuimos una familia muy unida y solidaria, entre hermanos nos prestábamos los zapatos y la ropa.”

“Era muy rebelde”. Hace una pausa, toma un trago de café  y dice: “Por esa época se dio mi incorporación a la guerrilla, que fue un tanto accidental, no fue porque sintiera  una necesidad de luchar,  aunque posteriormente si fui consciente de las injusticias que se cometían. Mis hermanos mayores comenzaron a reunirse en la casa para analizar la realidad del país. Eso no me gustaba y trataba de llegar cuando se habían ido todos. Yo quería divertirme, como todo joven, aprender a tocar guitarra para corretear a las cipotas con serenatas. Pero recuerdo que un día  llegué temprano a la casa y estaban repartiendo cargos de dirección, cuando me vieron, dijeron: éste que sea el jefe de propaganda. Al día siguiente, fui a una reunión, ahí había dos muchachas guapas, me gustó el ambiente y me quedé. Montamos un taller, repartimos las actividades, a mí me tocaba capacitar, hablar en público y es algo que nunca me ha gustado, pero pensé, será para un rato y me pasó como a mi papá con mi mamá que dijo: Me voy a conseguir a esta mujer para un rato y tuvieron 12 hijos.”

“Luego comencé con la preparación militar como en el 80. Iba a salir a Vietnam a prepararme militarmente, pero llegué tarde al conecte que tenía. Así que me quedé. Ya en las milicias fui jefe de un pelotón y de una columna guerrillera, también estuve mucho tiempo coordinando las comunicaciones del frente”. Ya no le queda café en la taza y empieza a jugar cambiándosela de mano, la plática es más fluida.

“De las cosas más difíciles que recuerdo  en el frente es cuando estaba en un curso militar, había caído una gran tormenta ese día, habíamos caminado horas y horas  por un zacatal, el pantalón que andaba, el único que tenía, se me deshizo, no tenía otro. Me tocó que aguantarme, hacerle huevos.” Las facciones de su rostro se endurecen, su semblante es ahora serio.  “Otro momento difícil y el más crítico  fue el 13 de mayo de 1988, me paré en una mina y sufrí la amputación de la pierna. Mi ánimo decayó bastante. Me sentí algo derrotado. Un amigo llegó a visitarme y cuando me vio me dijo: vos te ahuevas porque las cipotas ya no te van a hacer caso, pero así te van a querer hombre. En realidad, yo  había pensado en tantas cosas pero no en eso. Así que cuando me lo dijo me dio más tristeza.”

“Herido estuve preso en San miguel. Después fui parte del grupo de lisiados/as de guerra  que  se tomó, durante 45 días, catedral. Nuestra petición era que nos mandaran para Cuba a recibir atención Médica. Finalmente lo logramos, fuimos a la Isla y recibimos tratamiento.”

“Nuestro regreso fue en 1992, después de la firma de los Acuerdos de paz. Regresar era nuestra máxima aspiración. Pero la pregunta era qué íbamos a hacer al venir al país. Siempre había dependido de mis padres, después del partido, no sabía cómo conducirme como persona.”

Deja la taza  sobre el escritorio y cuenta una nueva etapa de su vida. “Entre 1992 y 1997, me quedaba unos días en San Carlos Lempa y otros en Apopa, donde mi familia. Hasta que a finales del 97,  me puse de acuerdo con mi señora…Para mí era difícil la vida familiar porque  no había tenido una vida hogareña, ni una vida de noviazgo, dije como mi papá: a esta señora me la consigo para un rato, pero ya tenemos un niño de 7 años. Tuve suerte porque me conseguí una mujer muy laboriosa, responsable dedicada a la familia. Eso nos ha permitido hasta la fecha estar juntos. Él reto más grande que tenemos es educar a nuestro hijo para que puede salir adelante y sea una persona de bien. Por ratos digo este cipote quizás es mío, porque es bien rebelde.” Se ríe a carcajadas.

“Ahora, mi tiempo lo ocupo para ir a la parcela que tenemos con mi señora, a ver las chivos, las vacas. Cuando yo no puedo, mi señora se encarga de eso, si no fuera así no podría realizar las actividades que ALGES me demanda.”

TestimonialesSe apresura a terminar la conversación. “Mi historia con ALGES comenzó en el 98, Jesús Ávalos (Fredy) visitó mi casa. Me platicó sobre lo que era ALGES. Acababa de pasar el Huracán Mitch y me preguntó qué era lo que necesitaban con más urgencia los compañeros. Nos apoyaron y la mara se motivó, hicimos una primera reunión y  decidieron que me quedara en la directiva. Otra vez pensé, como mi papá decía, que era para un rato y ya vamos a cumplir los diez años como Asociación”.

“Creo que las/os lisiados somos útiles todavía, el hecho de que un compañero tenga una discapacidad no significa que no pueda aportar como persona, en su vida familiar, en lo laboral y en la sociedad en general. Tenemos grandes retos todavía…y organizados en ALGES los alcanzaremos.” Se levanta apresuradamente  y se retira a una reunión para atender asuntos de la Asociación.

“Me defino como una persona sencilla, humilde y con aspiraciones de que un día hayan cambios reales en la sociedad para que todas y todos tengamos una vida digna”.

“¿Chiquillada? me lo pusieron en la guerra. Yo le dije a un compañero manoeyegua, le molestaba que lo llamaran  así,  por fregarlo le dije,  pero por poco me da unas pescozadas. Pero yo le salí más bravo, por poco se arma un safa rancho. Después él, en una formación militar, me gritó  chiquillada y así me quedó.”

Al preguntarle sobre las siguiente palabras, contestó:

Guerra: Que no haya otra
Lisiado: producto del conflicto armado
Compañero: de lucha
Lucha: siempre por defender nuestros derechos
Derechos: hay que exigirlos
Justicia: hay que luchar por ella
Amor: palabra con un significado extenso
Paz: Es la que pedimos todas/os
ALGES: organización que está y estará para defender los derechos las/os lisiados
FMLN: Partido que puede realizar los cambios
ARENA: El mal más grande



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